Se desvanece el recuerdo
de los malos momentos
de los días amargos
y de tantos recelos.
Se desvanece la rabia
de peleas absurdas
de palabras que hieren
de miradas oscuras.
Se desvanece el silencio
que tanto daño nos hizo
que confundió nuestros pasos
y nos condujo al olvido.
Se desvanece hasta el tiempo
pero nunca el cariño
que sentí entre tus brazos
porque aún es mi abrigo.