
Ahora que la última ola
se rinde exhausta en la orilla
ahora que el tiempo nos calma
y la rabia, injusta, se olvida.
Ahora que el miedo se marcha
que el daño abandona la herida
ahora que me invade el relajo
y se enciende de nuevo la vida.
Nada malo de ti me llevo
tan solo arena en los bolsillos
la que sobró de enterrar recuerdos
ahora guía mi nuevo camino.
Y si no supe retenerte
ya sufriré mi castigo
llorar por no poder verte
otros cuarenta años conmigo.